Primero empecé en la zona centro (Cuenca, Guadalajara, Rio
Lobos, etc), con el grupo Standard de Madrid y, después de un traslado
por motivos laborales a León, en la zona Cantábrica, fundamentalmente,
con el G.E. Matallana de León y algún grupo de Montaña, aunque
implicándome muy poco en el funcionamiento de estos grupos y
federaciones.
Mi interés por el mundo subterráneo ha pasado
del correteo por cualquier cueva que cayera a mi alcance hasta el
estudio de geomorfología de las mismas, hidrogeología, acuíferos, etc
Es
más, estoy convencido de que los espeleólogos como colectivo podemos
generar un gran caudal de información para el estudio de este mundo
subterráneo, pero, en el momento actual, este conocimiento se está
aprovechando de un modo muy escaso:
Publicaciones escasas,
memorias de campaña enviadas a las Federaciones Territoriales y a las
entidades de protección de la naturaleza del Estado que parecen caer en
pozos sin fondo donde no se sabe nada más de ellas, contribuyen muy poco
al conocimiento del mundo subterráneo.
Deberíamos, como espeleólogos, cambiar este modelo.
Por otra parte, siempre he creído más en los interclubs que en las campañas cerradas de un grupo o federación.
Creo más en las colaboraciones abiertas, dejando atrás desconfianzas, recelos y localismos.
Me
motiva mucho más la idea de un gran colectivo de iguales (que se
consideran espeleólogos) contribuyendo de modo conjunto a aumentar el
conocimiento global del medio subterráneo.
Esta es básicamente
la razón por la que me gusta el planteamiento de Grottocenter, pues no
hay que olvidar la importancia que tienen los inventarios y catálogos
para el estudio del medio kárstico.